La sequía ya no es una amenaza futura: es una realidad que vivimos hoy. Campos agrietados, embalses bajo mínimos y cortes de suministro no son escenas cotidianas en muchas regiones. Frente a este reto climático, nuestros pueblos y ciudades deben prepararse para gestionar un recurso cada vez más escaso: el agua.
En mODS creemos que construir territorios resilientes al agua es una prioridad municipal, una palanca de transformación y una oportunidad para liderar el cambio desde lo local. En este artículo abordamos qué es la sequía, cómo impacta en nuestras comunidades y qué soluciones ofrece la Agenda 2030 —especialmente a través del ODS 6— para avanzar hacia una gestión más justa, eficiente y sostenible del agua.
¿Qué es la sequía y por qué es tan preocupante?
La sequía se produce cuando hay falta prolongada de precipitaciones en un territorio, lo que conlleva escasez de agua en suelos, acuíferos, ríos y embalses. A diferencia de otros fenómenos naturales, la sequía es silenciosa, progresiva y duradera. Y sus efectos no se limitan al medioambiente: afectan también a la salud, la economía, el empleo, la alimentación, la energía y la vida cotidiana de las personas.
En la actualidad, más del 40% de la población mundial sufre algún tipo de escasez de agua. Según la ONU, si no actuamos con urgencia, en 2050 hasta el 75% de la humanidad podría vivir bajo condiciones de estrés hídrico severo.
El cambio climático agrava la crisis del agua
El agua está en el centro de la crisis climática. El aumento de las temperaturas altera los ciclos de precipitación, acelera la evaporación, reduce la nieve acumulada en las montañas y provoca fenómenos extremos como inundaciones y sequías más frecuentes e intensas. Las regiones mediterráneas, como España, están especialmente expuestas.
Además, el uso intensivo de agua en sectores como la agricultura, la industria o el turismo, sumado a una gestión ineficiente y desequilibrada, agudiza el problema. El resultado: acuíferos sobreexplotados, pérdida de biodiversidad, migraciones climáticas y aumento del conflicto social por el acceso a este bien común.
ODS 6: agua limpia y saneamiento para todos
El Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 propone garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos. Un derecho básico que no se cumple aún en muchas partes del mundo… ni en todos los rincones de nuestro país.
El ODS 6 se articula en metas concretas:
- Acceso universal y equitativo a agua potable segura.
- Gestión sostenible de los recursos hídricos.
- Eficiencia en el uso del agua en todos los sectores.
- Protección y restauración de ecosistemas acuáticos.
- Participación ciudadana en la gobernanza del agua.
- Mejora de la calidad del agua mediante el tratamiento de aguas residuales.
Sequía y economía: pérdidas millonarias e inseguridad alimentaria
El agua mueve la economía. Sin agua, no hay cultivos, ni ganadería, ni fábricas, ni turismo, ni energía hidroeléctrica. Las sequías prolongadas afectan directamente a sectores productivos esenciales, encarecen los alimentos, interrumpen cadenas logísticas y generan desempleo.
En el campo, la falta de humedad reduce las cosechas y pone en riesgo la seguridad alimentaria. En las ciudades, limita el crecimiento urbano y la disponibilidad de agua para usos básicos e industriales. Y en todos los casos, la población más vulnerable es la más afectada: hogares sin acceso a agua potable, pequeños agricultores sin reservas, comunidades dependientes de cisternas o pozos agotados.
Europa responde: normativa y financiación para la resiliencia hídrica
La sequía es también un asunto de política pública. La Unión Europea ha desarrollado una serie de directivas, estrategias y fondos que los municipios deben conocer para adaptarse a los nuevos retos y oportunidades. Entre ellas:
Directiva Marco del Agua (DMA)
Obliga a los Estados miembros a alcanzar el buen estado ecológico de las masas de agua y a gestionar los recursos de forma integrada por cuencas hidrográficas.
Estrategia de Adaptación al Cambio Climático
Establece líneas de acción para mejorar la resiliencia de los territorios frente a fenómenos como la sequía, incluyendo soluciones basadas en la naturaleza y herramientas de gobernanza multinivel.
Fondos Next Generation y programas LIFE
Financian proyectos de digitalización del ciclo del agua, modernización de regadíos, sistemas de alerta temprana, reutilización de aguas o planes municipales de gestión de sequías.
Los municipios tienen la responsabilidad —y la oportunidad— de incorporar estas herramientas a su planificación local y avanzar hacia una gestión hídrica adaptativa, eficiente y justa.
¿Qué pueden hacer los municipios frente a la sequía?
Desde mODS acompañamos a ayuntamientos y entidades locales en el diseño de estrategias locales de sostenibilidad. Estas son algunas líneas de actuación clave para prevenir y mitigar los efectos de la sequía desde lo municipal:
Auditoría hídrica municipal
Evaluar cuánta agua se consume, dónde se pierde, cómo se gestiona y qué usos tienen prioridad. Es el primer paso hacia un modelo más racional.
Soluciones basadas en la naturaleza
Renaturalizar cauces, crear zonas verdes con especies autóctonas, restaurar humedales urbanos o construir jardines de lluvia ayudan a retener agua y mitigar la sequía.
Reutilización y economía circular del agua
Incorporar sistemas de recogida de aguas pluviales, depuración avanzada y riego con agua regenerada en instalaciones públicas y privadas.
Sensibilización y tecnología
Campañas de ahorro en el hogar, sensores de humedad en jardines municipales, apps para detectar fugas o plataformas para medir en tiempo real el consumo de agua.
Educación y gobernanza del agua
Fomentar el conocimiento, la participación y la corresponsabilidad en torno al uso del agua. Implicar a escuelas, asociaciones vecinales, empresas y ciudadanía.
Pequeños gestos, gran impacto: ¿cómo ahorrar agua en casa?
El compromiso con el agua empieza en casa. Estas son algunas acciones cotidianas que cualquier persona puede poner en práctica:
- Cerrar el grifo mientras te cepillas los dientes o friegas los platos.
- Instalar perlizadores en los grifos para reducir el caudal.
- Regar plantas en las horas de menos calor y con agua reutilizada.
- Usar electrodomésticos eficientes con programas de bajo consumo.
- Revisar cisternas y grifos para evitar fugas.
Además, cada vez más comunidades de vecinos y urbanizaciones adoptan sistemas colectivos de recogida de agua de lluvia, depuración natural o gestión de zonas verdes sostenibles, lo que multiplica el impacto positivo.
Adaptarse a la sequía es proteger el futuro
La sequía no es un fenómeno aislado. Es la señal de alerta de un sistema que necesita transformarse. Desde mODS impulsamos una visión integrada, local y sostenible de la gestión del agua, alineada con el ODS 6 y con las nuevas exigencias europeas.
Porque garantizar agua para hoy y para mañana exige repensar cómo vivimos, cómo producimos y cómo gobernamos nuestros recursos. Una tarea que empieza gota a gota, desde cada municipio, cada política pública, cada decisión ciudadana.
¿Y si en lugar de esperar la próxima sequía, preparamos nuestro territorio para resistirla? La resiliencia hídrica no es una opción: es una urgencia. Y también, una gran oportunidad.