El Informe sobre Desarrollo Humano 2023/2024 pinta un panorama preocupante: el mundo se encuentra estancado. Tras dos décadas de progreso constante, el Índice de Desarrollo Humano (IDH) ha experimentado un retroceso por primera vez en la historia.
La pandemia de COVID-19 ha cobrado millones de vidas y ha exacerbado las desigualdades existentes. Las presiones planetarias, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, siguen aumentando.
En este contexto, el informe explora las causas de este estancamiento y propone soluciones para salir de él. Se hace hincapié en la necesidad de reducir las brechas de poder, reimaginar los bienes públicos mundiales y fomentar la cooperación internacional.
¿Cómo salir del estancamiento?
El camino hacia un futuro más sostenible y equitativo se ve obstaculizado por una serie de desafíos profundos y arraigados. Estos obstáculos, lejos de ser aislados, se entrelazan y refuerzan mutuamente, creando una compleja red de interdependencias que dificulta la acción colectiva. A continuación, exploraremos en detalle cuatro de estos obstáculos:
Desigualdad sistémica
La desigualdad, lejos de ser un mero reflejo de las diferencias individuales, es un producto de sistemas económicos, sociales y políticos diseñados y perpetuados a lo largo del tiempo. Esta desigualdad sistémica se manifiesta en múltiples dimensiones:
- Desigualdad económica: la concentración de la riqueza en pocas manos limita las oportunidades de desarrollo para la mayoría de la población, generando resentimiento y polarización.
- Desigualdad social: el acceso desigual a la educación, la salud, la justicia y otros servicios básicos perpetúa las desigualdades existentes y dificulta la movilidad social.
- Desigualdad política: la influencia desproporcionada de ciertos grupos de interés en la toma de decisiones políticas socava la democracia y la representación equitativa.
Crisis de confianza
La confianza en las instituciones, los expertos y los líderes políticos es fundamental para el funcionamiento de una sociedad democrática. Sin embargo, esta confianza se ha erosionado en muchas partes del mundo debido a:
- Corrupción y mala gestión: los escándalos de corrupción y la mala gestión de los recursos públicos minan la confianza en las instituciones.
- Desigualdad: la percepción de que el sistema está amañado en favor de unos pocos socava la legitimidad de las instituciones.
- Desinformación: la proliferación de noticias falsas y la manipulación de la información erosionan la confianza en los expertos y los medios de comunicación.
Cortoplacismo político
Los ciclos políticos cortos y la presión por obtener resultados a corto plazo a menudo llevan a los líderes políticos a tomar decisiones que pueden tener consecuencias negativas a largo plazo.
Consecuencias del cortoplacismo político:
- Dificultad para abordar problemas complejos: los problemas complejos, como el cambio climático o la desigualdad, requieren soluciones a largo plazo que a menudo entran en conflicto con los intereses políticos a corto plazo.
- Deuda pública: la búsqueda de resultados a corto plazo puede llevar a un aumento de la deuda pública, lo que limita las opciones de política económica en el futuro.
- Desinversión en servicios públicos: la reducción del gasto público en educación, salud y otros servicios esenciales puede tener consecuencias negativas a largo plazo para el desarrollo humano.
Desinformación y polarización
La proliferación de las redes sociales y la facilidad con la que se puede difundir información falsa han contribuido a la polarización de las sociedades y a la dificultad para alcanzar consensos.
Las propuestas recogidas en el Índice de Desarrollo Humano (IDH)
Rediseñar los bienes públicos mundiales
- Ampliar la concepción: los bienes públicos mundiales no se limitan a la salud y la educación, sino que incluyen también el clima, la biodiversidad, la seguridad y la justicia.
- Financiamiento innovador: proponer nuevos mecanismos de financiamiento para garantizar la provisión equitativa de estos bienes, como impuestos a las transacciones financieras o emisiones de carbono.
- Cooperación internacional: fortalecer la cooperación internacional para abordar los desafíos globales de manera coordinada y efectiva.
Fortalecer la gobernanza global
- Mayor inclusión: hacer que los sistemas de gobernanza global sean más inclusivos y representativos, dando voz a los países en desarrollo y a los grupos más vulnerables.
- Reformas institucionales: reformar las instituciones internacionales para que sean más ágiles y capaces de responder a los desafíos emergentes.
- Mayor transparencia y rendición de cuentas: aumentar la transparencia y la rendición de cuentas de las instituciones internacionales para restaurar la confianza.
Invertir en el Desarrollo Humano
Más allá del PIB: utilizar el Índice de Desarrollo Humano (IDH) como una medida más completa del progreso, que vaya más allá del Producto Interno Bruto.
Enfoque en las capacidades humanas: invertir en la educación, la salud y otras capacidades humanas para que las personas puedan desarrollar su potencial.
Reducir las desigualdades: adoptar políticas dirigidas a reducir las desigualdades económicas y sociales.
Promover un desarrollo sostenible de verdad:
- Transición energética: acelerar la transición hacia fuentes de energía renovables y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Economía circular: promover una economía circular que minimice la generación de residuos y maximice la eficiencia en el uso de los recursos.
- Conservación de la biodiversidad: proteger la biodiversidad y los ecosistemas naturales.
Construir sociedades más resilientes
- Fortalecer las instituciones locales: empoderar a las comunidades locales para que puedan hacer frente a los desafíos y aprovechar las oportunidades.
- Prepararse para el futuro: invertir en la prevención de riesgos y la gestión de desastres.
- Promover la cohesión social: fomentar la cohesión social y el diálogo entre diferentes grupos sociales.
El IDH propone un enfoque integral para salir del estancamiento, que combina la acción a nivel global con acciones a nivel nacional y local. Se trata de un enfoque que reconoce la interconexión de los desafíos globales y la necesidad de una transformación sistémica.
Claves y datos importantes
- El valor del IDH mundial ha descendido por primera vez en la historia, revirtiendo una tendencia de 20 años.
- Se prevé que la recuperación del IDH sea desigual entre países, con los países menos adelantados quedando rezagados.
- La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto devastador en el desarrollo humano, cobrando millones de vidas y aumentando la pobreza y la desigualdad.
- Las presiones planetarias, como el cambio climático y la pérdida de biodiversidad, siguen aumentando, amenazando el bienestar de las generaciones futuras.
- El informe propone una serie de soluciones para salir del estancamiento, incluyendo la reducción de las brechas de poder, la reimaginación de los bienes públicos mundiales y el fomento de la cooperación internacional.
¿Por qué es tan importante el IDH?
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) ha revolucionado la forma en que medimos el progreso de las naciones. A diferencia del Producto Interno Bruto (PIB), que se centra únicamente en la producción económica, el IDH ofrece una perspectiva más amplia y holística del desarrollo humano.
- El IDH va más allá de los indicadores económicos y considera también aspectos como la salud, la educación y el nivel de vida.
- El IDH se centra en las capacidades y oportunidades de las personas, no solo en los resultados económicos.
- Permite comparar el desarrollo humano entre diferentes países y regiones, lo que facilita la identificación de desigualdades y la formulación de políticas más efectivas.
- Sirve como guía para la formulación de políticas públicas, ayudando a los gobiernos a centrarse en aquellos aspectos que más afectan el bienestar de sus ciudadanos.