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¿Te imaginas vivir en una ciudad que, aunque solo ocupe el 3% de la superficie terrestre, sea responsable del 75% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero? Esa es la realidad actual, según Naciones Unidas. 

Además, un estudio reciente de la Universidad Politécnica de Zúrich afirma que para el año 2070 la mayoría de las ciudades tendrán condiciones climáticas propias de lugares ubicados hoy mil kilómetros más al sur. Frente a estos datos alarmantes, la necesidad de transformar nuestros entornos urbanos hacia la sostenibilidad es urgente.

Desde esta perspectiva, es imprescindible entender claramente qué elementos definen una ciudad sostenible y cómo podemos adoptarlos. En este artículo descubrirás cuáles son esas características clave y te mostraremos ejemplos reales y exitosos que ya están liderando el cambio hacia un futuro más verde y habitable.

Los elementos de una ciudad sostenible

Para identificar claramente qué hace que una ciudad sea sostenible, es útil recurrir al Índice de Ciudades Sostenibles, un informe anual elaborado por Arcadis junto al Programa de Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-HABITAT). Según este índice, hay tres pilares fundamentales para evaluar y promover la sostenibilidad urbana: Personas, Planeta y Beneficios.

Personas

Este pilar se enfoca en la calidad de vida de los ciudadanos. Una ciudad sostenible ofrece infraestructuras sociales sólidas, con acceso garantizado a servicios básicos como educación de calidad, atención médica efectiva, transporte público eficiente, y conexión digital de banda ancha. Además, debe garantizar la seguridad ciudadana, reducir la delincuencia y promover un entorno socialmente inclusivo que permita a todas las personas desarrollarse plenamente.

Planeta

La sostenibilidad ambiental es crucial en este aspecto. Las ciudades sostenibles priorizan la protección medioambiental mediante una gestión responsable de los recursos naturales. Esto incluye reducir la contaminación del aire, aumentar la cantidad y calidad de los espacios verdes urbanos, implementar sistemas eficientes de gestión de residuos, optimizar el consumo energético y fomentar el uso de energías renovables. Además, estas ciudades deben desarrollar sistemas de transporte sostenible que reduzcan significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.

Beneficios

Este tercer pilar evalúa la salud económica y empresarial de la ciudad. Una ciudad sostenible debe contar con infraestructuras modernas y accesibles que impulsen el desarrollo económico, la creación de empleos de calidad y un entorno empresarial próspero. Debe facilitar la innovación, atraer inversiones sostenibles y fomentar oportunidades económicas equitativas para toda su población, asegurando así beneficios que perduren en el tiempo.

Al equilibrar adecuadamente estos tres pilares fundamentales, las ciudades pueden lograr un desarrollo integral y sostenible, creando espacios donde las personas puedan vivir con calidad y bienestar, respetando al mismo tiempo el entorno natural y generando riqueza y oportunidades económicas sostenibles.

¿Qué tiene que tener una ciudad sostenible? Las 10 claves

Cuando una ciudad logra equilibrar estos pilares esenciales, podemos identificar ciertas características que reflejan su nivel de sostenibilidad:

  1. Zonas verdes abundantes: Parques y jardines urbanos que no solo embellecen la ciudad, sino que absorben CO2, purifican el aire y aumentan la biodiversidad.
  2. Movilidad sostenible: Impulso decidido a infraestructuras para bicicletas, peatones y transporte público eficiente, además de una red extendida de puntos de carga para vehículos eléctricos.
  3. Edificación ecológica: Construcción de edificios sostenibles con máxima eficiencia energética, espacios verdes integrados y materiales ecoamigables, garantizando el bienestar integral de sus habitantes.
  4. Energías renovables: Uso generalizado de paneles solares, turbinas eólicas y sistemas geotérmicos y aerotérmicos en viviendas, empresas e infraestructuras públicas.
  5. Gestión eficiente del agua: Fomento del ahorro de agua mediante incentivos a ciudadanos y empresas, y desarrollo de sistemas para recolectar y reutilizar agua de lluvia.
  6. Economía circular: Promoción activa del reciclaje, reutilización y reducción de desechos con incentivos económicos para ciudadanos y empresas comprometidos con estas prácticas.
  7. Acceso universal a servicios básicos: Garantía de acceso equitativo y amplio a educación, salud, vivienda digna, empleo y alimentación adecuada para todos los ciudadanos.
  8. Impulso del comercio local: Fomento del consumo de productos y servicios de proximidad para potenciar la economía local, reducir el transporte innecesario y disminuir la contaminación.
  9. Agricultura urbana: Expansión de huertos urbanos y fomento del consumo de productos locales cultivados de manera ecológica, fortaleciendo la seguridad alimentaria local.
  10. Gestión responsable de residuos: Implementación rigurosa de sistemas eficientes para la separación, reciclaje y reducción de residuos, con participación activa tanto de ciudadanos como de empresas y administraciones públicas.

Estas características no solo marcan la diferencia entre una ciudad convencional y una sostenible, sino que crean espacios más saludables, eficientes y equitativos para quienes las habitan.

Cómo conseguir una ciudad sostenible: el camino que impulsamos desde mODS

Si atendemos a todas las características anteriores, podemos encontrar pistas sobre cómo hacer que una ciudad sea sostenible. Generalmente, la educación ambiental y la concienciación social deben ser impulsadas por las instituciones públicas, aunque es fundamental que la ciudadanía participe activamente y responda positivamente a estas iniciativas. Este proceso se fortalece si se acompañan con incentivos claros para la población.

Sin embargo, gran parte del éxito en la transición hacia la sostenibilidad depende directamente de las instituciones públicas locales. Son estas las que deben liderar el cambio, adaptando sus infraestructuras y prácticas hacia modelos más sostenibles con un impacto real, directo en el territorio. Esto implica reducir las emisiones, fomentar el consumo responsable y aprovechar eficazmente los recursos naturales.

Acciones como crear más zonas verdes y vías específicas para movilidad sostenible, desarrollar sistemas energéticos renovables que abastezcan toda la ciudad, mejorar la gestión de residuos e implantar sistemas eficientes de recogida y reutilización del agua, son responsabilidades directas de los gobiernos locales, regionales y nacionales.

Desde mODS facilitamos que municipios y territorios afronten estos retos, ofreciendo formación especializada, apoyo en la búsqueda de financiación y acompañamiento integral en la ejecución de proyectos sostenibles. 

Según Naciones Unidas, en 2030 el 60% de la población mundial vivirá en ciudades, lo que hace imprescindible una cooperación activa y conjunta entre gobiernos, empresas y ciudadanos para lograr ciudades realmente sostenibles en lo social, ambiental y económico.