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¿Te has preguntado cómo será el mundo en 2050? La realidad es que dos tercios de la población mundial vivirá en ciudades, según las previsiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Hoy mismo, las ciudades consumen más del 75% de los recursos naturales, generan entre el 60% y el 80% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, y producen más del 50% de los residuos mundiales. Frente a este panorama, es evidente que no podemos continuar por este camino sin poner en riesgo el equilibrio de nuestro planeta. En este contexto, resulta imprescindible avanzar hacia una transición ecológica o green transition, un cambio profundo en nuestra manera de concebir el desarrollo y la economía. 

Hasta ahora, nuestra sociedad ha seguido un modelo basado en la extracción intensiva de recursos, producción acelerada y generación masiva de residuos, conocido como economía del «take-make-waste«. Sin embargo, este modelo no es sostenible en el tiempo. Necesitamos una alternativa clara que respete los límites naturales de la Tierra.

La transición ecológica se basa precisamente en cambiar nuestro enfoque hacia un modelo económico circular y sostenible, en el cual los recursos se aprovechan al máximo, se reutilizan y reciclan, reduciendo al mínimo los residuos y las emisiones contaminantes. 

Desde mODS, creemos firmemente que esta transición no solo es posible, sino que es absolutamente necesaria si queremos asegurar la calidad de vida de las futuras generaciones y mantener la viabilidad del planeta.

Pero, ¿en qué consiste exactamente la transición ecológica y cómo podemos implementarla en nuestras ciudades y territorios? 

¿Qué es exactamente la green transition?

La transición ecológica, conocida también por su término en inglés green transition, es una estrategia integral destinada a transformar nuestro modelo social, económico y medioambiental actual, hacia uno sostenible y equitativo. 

Según el manifiesto publicado por ONU-Hábitat en su Plan Estratégico 2020-2023, esta transición no solo busca afrontar los graves desafíos medioambientales de nuestro tiempo, sino también impulsar el desarrollo humano sostenible, contribuyendo a una mejora significativa en la calidad de vida global.

La green transition reconoce que el crecimiento urbano es una tendencia inevitable y busca aprovechar esta realidad para convertir potenciales problemas en oportunidades valiosas. Su objetivo central es promover ciudades y territorios sostenibles, creando entornos urbanos más saludables, resilientes y justos. 

Esto implica trabajar para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, una tarea urgente teniendo en cuenta que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), actualmente nueve de cada diez personas en todo el mundo respiran aire contaminado.

Este cambio exige medidas concretas y coordinadas a todos los niveles: desde instituciones gubernamentales y empresas hasta cada ciudadano. La transición ecológica representa una oportunidad única para reformular nuestro modelo económico, adoptar tecnologías limpias y renovables, y fomentar prácticas más responsables y sostenibles en todos los ámbitos de la vida cotidiana.

¿Qué es el Acuerdo de París y qué se decidió en él?

El Acuerdo de París sentó las bases fundamentales de lo que hoy conocemos como transición ecológica. Adoptado en diciembre de 2015 durante la Conferencia sobre el Cambio Climático de París (COP21), este acuerdo es considerado el primer pacto global sobre el clima, con carácter universal y jurídicamente vinculante. Su meta principal es clara y ambiciosa: limitar el aumento global de la temperatura muy por debajo de los 2°C, buscando no superar en ningún caso los 1,5°C en comparación con la época preindustrial.

Para alcanzar este objetivo crucial para la supervivencia del planeta, los países firmantes se comprometieron a implementar diversas medidas:

  • Elaborar planes nacionales específicos de acción climática. Un ejemplo destacado es España, donde el Ministerio de Industria, Energía y Turismo pasó a convertirse en el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
  • Promover activamente la descarbonización, impulsando el uso de energías renovables y reduciendo drásticamente la dependencia de combustibles fósiles.
  • Fomentar el transporte sostenible y ecológico, incluyendo incentivos para vehículos eléctricos y desarrollo de infraestructuras para la movilidad verde.
  • Incrementar significativamente las inversiones en eficiencia energética en sectores públicos y privados.
  • Apoyar la innovación tecnológica y científica orientada a la sostenibilidad.
  • Crear mercados eléctricos competitivos y transparentes que favorezcan la energía verde.
  • Implementar estrategias nacionales sólidas para fomentar la economía circular.
  • Reforzar inversiones públicas orientadas hacia proyectos ecológicos y sostenibles.

En 2021, la Unión Europea reforzó estos compromisos, estableciendo objetivos climáticos más exigentes. Su nueva meta es reducir en un 55% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y convertir a Europa en una región con emisiones negativas para 2050, siendo capaz de absorber más emisiones de las que produce. 

Así, con estas y otras muchas acciones coordinadas, los países de todo el mundo trabajan unidos en impulsar esta transición verde hacia un futuro sostenible.

Medidas clave para combatir el cambio climático y reducir emisiones

La lucha contra el cambio climático es el eje central del Pacto Verde Europeo. Aunque la Unión Europea ya cuenta con una importante trayectoria reduciendo sus emisiones, queda mucho por hacer. El objetivo de alcanzar la neutralidad climática en 2050 requiere políticas claras y coherentes en todos los Estados miembros.

La Comisión Europea, mediante su instrumento de apoyo técnico y financiación, ayuda a las autoridades nacionales a desarrollar reformas climáticas efectivas. Algunas acciones que recomienda incluyen:

  • Creación y desarrollo de estrategias y planes de acción climáticos.
  • Fomento del uso sostenible del suelo, planificación urbana inteligente y gestión forestal responsable.
  • Protección y adaptación de las costas frente a inundaciones y erosión.
  • Soluciones naturales para enfrentar olas de calor, sequías, inundaciones y contaminación urbana.
  • Implementación efectiva de instrumentos financieros relacionados con los derechos de emisión europeos.
  • Promoción activa de la descarbonización energética, apoyando marcos regulatorios favorables a renovables.
  • Apoyo al desarrollo de inversiones en eficiencia energética y energías limpias.
  • Elaboración de planes nacionales de energía y clima con análisis detallados.
  • Políticas específicas para sistemas eficientes de calefacción y refrigeración.
  • Fomento de transporte sostenible, incluyendo vías navegables interiores y ferrocarriles rápidos.

Estas medidas integrales buscan garantizar un futuro climáticamente seguro y sostenible, respaldado por una transición ecológica firme y comprometida.