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Las comunidades energéticas son un actor clave en el nuevo paradigma energético que promueve una economía más verde, sostenible y cercana al ciudadano. 

En España, estas iniciativas están viviendo un fuerte impulso gracias a la regulación que está desarrollando el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). Se ha lanzado a información pública el borrador del Real Decreto que establecerá un marco claro y flexible para su desarrollo.

Este Real Decreto persigue un objetivo fundamental: facilitar que las comunidades energéticas puedan competir en igualdad de condiciones con las empresas tradicionales del sector eléctrico. Esto no solo garantiza una mayor participación ciudadana, sino que también acelera la transición hacia fuentes de energía renovables y ayuda a reducir las emisiones de carbono.

¿Qué son las comunidades energéticas?

Las comunidades energéticas son asociaciones formadas por ciudadanos, empresas locales o administraciones públicas que producen, consumen, almacenan y venden energía renovable de manera colectiva y democrática. Estas comunidades buscan no solo reducir la dependencia energética externa, sino también promover el ahorro económico, la participación ciudadana y la sostenibilidad ambiental. 

Según el Plan de Recuperación del Gobierno, estas comunidades constituyen un modelo innovador que permite una gestión más democrática y eficiente de la energía, fomentando además la cohesión social y económica del territorio.

¿Cómo está la regulación actual?

El Real Decreto tiene como objetivo fundamental facilitar que las comunidades energéticas puedan competir en igualdad de condiciones con las empresas tradicionales del sector eléctrico. Este marco regulatorio busca eliminar las barreras existentes, promoviendo una participación más activa y directa de los ciudadanos en la transición energética hacia fuentes renovables. Con esto, también se pretende acelerar el proceso de descarbonización y fomentar un modelo energético más cercano al consumidor y más resiliente.

¿Qué propone el Real Decreto?

El borrador del Real Decreto que el MITECO ha sometido a información pública incluye medidas clave para facilitar el desarrollo de las comunidades energéticas:

  • Permitir a las comunidades energéticas acceder al Régimen Económico de Energías Renovables y participar en las subastas periódicas, garantizando que las particularidades propias de estas comunidades sean consideradas. Además, se establecerán cupos específicos de potencia para asegurar su competitividad frente a otros actores del sector energético.
  • Reservar un porcentaje específico de capacidad disponible en los nudos de conexión eléctrica para instalaciones generadoras integradas en comunidades energéticas. Concretamente, el decreto propone destinar el 5% de la capacidad disponible en el momento en que se celebren concursos de capacidad de acceso, favoreciendo así el desarrollo de nuevos proyectos comunitarios.

Apoyo financiero y fomento institucional

Una de las principales herramientas de impulso a las comunidades energéticas es el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA). Dentro de este plan, el gobierno ha destinado específicamente 100 millones de euros para apoyar a las comunidades energéticas.

Hasta el momento, las dos primeras convocatorias han repartido ya 40 millones de euros, beneficiando directamente a 73 comunidades que integran a más de 95.000 socios. Esta financiación está permitiendo que numerosas iniciativas locales aceleren sus proyectos y aumenten su capacidad de generación y gestión de energía renovable.

¿Por qué son interesantes para las administraciones locales?

Las administraciones locales encuentran en las comunidades energéticas una oportunidad única para impulsar el desarrollo económico, social y ambiental en su territorio. Estas iniciativas permiten reducir los costes energéticos municipales, aumentar la eficiencia energética, generar empleo local y fomentar la innovación tecnológica.

Además, tal como señala la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), las entidades locales pueden desempeñar un papel fundamental al simplificar trámites administrativos, ofrecer incentivos fiscales, aportar seguridad jurídica y apoyar directamente proyectos locales mediante alianzas estratégicas público-privadas.

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¿Qué beneficios tienen las comunidades energéticas?

Las comunidades energéticas permiten a ciudadanos y actores locales participar activamente en decisiones energéticas, aprovechando los recursos renovables disponibles en el territorio. Estos colectivos impulsan un modelo energético democrático y participativo, donde además se desarrollan múltiples actividades relacionadas con la transición energética, como la eficiencia energética, movilidad sostenible y almacenamiento de energía.

Entre los principales beneficios destacan el ahorro en la factura de electricidad, la reducción de la dependencia de la red eléctrica convencional, la disminución significativa de emisiones contaminantes, una mejora notable de la eficiencia energética y la lucha activa contra la pobreza energética. Asimismo, estas comunidades generan valor social, fortaleciendo las relaciones y redes locales y asegurando que los beneficios económicos y ambientales permanezcan en el propio territorio.

¿En qué se diferencia un autoconsumo colectivo de una comunidad energética?

Un autoconsumo colectivo implica que varias personas consumen conjuntamente la energía generada por una instalación común, obteniendo así beneficios directos en forma de ahorro energético y económico. Sin embargo, esta figura no cuenta con entidad jurídica propia ni realiza otras actividades aparte del autoconsumo.

Por otro lado, una comunidad energética sí posee entidad jurídica y amplía su campo de actuación a otras actividades relacionadas con la transición energética. Además del autoconsumo, puede gestionar proyectos de rehabilitación energética, movilidad sostenible, almacenamiento de energía y otras iniciativas que benefician de manera integral al territorio y a sus miembros. Además, la comunidad energética es propiedad directa de sus socios, quienes participan activamente en las decisiones estratégicas.

Retos y oportunidades para las entidades locales

A pesar del apoyo recibido, las comunidades energéticas locales enfrentan aún desafíos significativos, principalmente de carácter regulatorio y financiero. Vicente López-Ibor Mayor definió acertadamente a las comunidades energéticas como un «sujeto de sujetos», destacando así la complejidad y potencial de estas iniciativas.

Precisamente, la implicación activa de ayuntamientos y otras entidades municipales puede convertir estos desafíos en oportunidades, simplificando procedimientos, promoviendo incentivos locales y fomentando alianzas estratégicas.

En definitiva, las comunidades energéticas representan una gran oportunidad para transformar el modelo energético local, creando beneficios económicos, ambientales y sociales directos para los ciudadanos. Con una regulación cada vez más clara y apoyos financieros sólidos, las entidades locales tienen ahora más herramientas que nunca para liderar una transición energética justa y participativa.