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¿Y si el verdadero lujo de viajar fuera dejar el lugar mejor de como lo encontramos? Cada año, más de 1.400 millones de personas cruzan fronteras en busca de nuevas experiencias. El turismo mueve economías, conecta culturas y transforma territorios. Pero también genera impactos: emisiones, consumo de recursos, gentrificación, pérdida de identidad local. Frente a estos retos, emerge una nueva forma de entender el viaje: el turismo regenerativo.

No hablamos solo de reducir el daño, sino de devolver. De sanar. De participar activamente en la restauración de los ecosistemas y el fortalecimiento de las comunidades locales. Es un paso más allá del turismo sostenible. Es una llamada a la corresponsabilidad. Y, sobre todo, es una invitación a imaginar otro tipo de relación con los lugares que visitamos.

¿Qué es el turismo regenerativo?

El turismo regenerativo no es una moda pasajera, ni un eslogan verde. Es un enfoque profundo y transformador que busca generar un impacto positivo neto en los destinos. Va más allá de minimizar la huella del viajero: propone dejar una huella que cure, que aporte, que regenere.

Este concepto, inspirado en la cultura regenerativa de Daniel Christian Wahl, se asienta sobre tres pilares interconectados:

  • Ecológico: regenerar los ecosistemas, conservar la biodiversidad, reducir residuos, apostar por energías limpias y prácticas que restauren el entorno.

  • Social: fortalecer las comunidades locales, proteger su identidad cultural, favorecer el empleo digno y fomentar la participación ciudadana.

  • Económico: redistribuir el valor del turismo de forma justa, apoyando la economía local y creando modelos financieros sostenibles para los territorios.

El turismo regenerativo propone, en definitiva, un cambio sistémico. Una nueva manera de viajar que nace desde la conciencia y el respeto, y que entiende que los destinos no son meros escenarios, sino hogares vivos.

¿Por qué necesitamos este concepto?

El turismo ha sido durante décadas uno de los motores del desarrollo económico. Pero también ha tenido efectos colaterales graves: urbanización descontrolada, desplazamiento de comunidades, masificación, destrucción de ecosistemas. En un contexto de emergencia climática y crisis de biodiversidad, ya no basta con “no hacer daño”.

El turismo regenerativo plantea una pregunta clave: ¿cómo puede cada viaje contribuir activamente a mejorar el territorio que visita?

Este modelo responde a una demanda creciente de la ciudadanía: según un informe de Booking, el 79 % de las personas viajeras quieren hacerlo de forma más sostenible. Sin embargo, más de la mitad considera que las opciones sostenibles siguen siendo caras o difíciles de identificar.

Aquí es donde el turismo regenerativo puede marcar la diferencia: creando experiencias auténticas, transformadoras y alineadas con los valores de una ciudadanía cada vez más consciente.

¿Cómo aplicar el turismo regenerativo (también desde los municipios)?

Desde mODS trabajamos para que la transformación sostenible llegue a todos los rincones del territorio. Y los municipios tienen un papel clave. El turismo regenerativo puede ser una estrategia real de desarrollo local, especialmente en áreas rurales, protegidas o vulnerables al cambio climático.

Aquí van algunas claves para implementarlo:

Diagnóstico participativo

Involucrar a la ciudadanía local en la definición del modelo turístico. ¿Qué tipo de turismo quieren? ¿Qué se debe proteger, restaurar o visibilizar?

Diseño de experiencias con sentido

Fomentar actividades que generen valor ecológico y cultural: restauración ambiental, agroecología, rutas etnográficas, talleres artesanos, gastronomía de kilómetro cero.

Economía local y circular

Priorizar proveedores del territorio, impulsar el comercio justo y evitar la fuga de capital fuera del municipio.

Educación ambiental y cultural

Ofrecer formación tanto a turistas como a agentes locales. Convertir cada viaje en una oportunidad de aprendizaje y conciencia.

Certificación y evaluación

Utilizar indicadores de impacto regenerativo. No basta con buenas intenciones: hay que medir, ajustar y mejorar constantemente.

El viaje empieza en uno mismo

Como explica Luciana De Lamare, del Instituto Aupaba: “El turismo regenerativo parte del desarrollo de uno mismo. Es una invitación a preguntarnos qué huella queremos dejar en el mundo, pero también qué huella deja el mundo en nosotros”.

Esto implica investigar antes de viajar, elegir destinos con prácticas responsables, valorar certificaciones, minimizar desplazamientos innecesarios y apoyar proyectos que devuelvan valor a su comunidad.

Porque el turismo regenerativo no es solo un tipo de viaje. Es una forma de estar en el mundo.

¿Qué puede hacer tu municipio para impulsar el turismo regenerativo?

  • Identificar ecosistemas o patrimonios en proceso de degradación que podrían beneficiarse de proyectos turísticos responsables.

  • Apoyar el emprendimiento local con enfoque regenerativo, especialmente en zonas rurales.

  • Desarrollar planes de turismo que integren sostenibilidad, inclusión y regeneración en lugar de crecimiento turístico indiscriminado.

  • Incorporar criterios regenerativos en la promoción turística y los canales de comunicación.

  • Colaborar con entidades especializadas y buscar financiación europea para proyectos innovadores en este ámbito.

Desde mODS, acompañamos a los municipios en este proceso. Con formación, asesoramiento técnico, certificación en sostenibilidad y conexión con redes de innovación. Porque sabemos que el turismo puede ser parte del problema… o de la solución.

Viajar para devolver

El turismo regenerativo no pretende maquillar el impacto. Pretende revertirlo. No se basa en el control, sino en la colaboración. No mide el éxito en número de visitantes, sino en la mejora de los ecosistemas, la salud comunitaria y la resiliencia territorial.

Y sobre todo, no es un fin en sí mismo. Es una herramienta poderosa para avanzar hacia un desarrollo más justo, inclusivo y sostenible.

Turismo regenerativo significa viajar con conciencia, y con un compromiso real con el presente y el futuro de los territorios que visitamos.